Daniel Valli - Experto en reputación, estrategia digital y comunicación en crisis

Cristina Fernández sigue sorprendiendo. Lo ha hecho cuando estaba en el Gobierno y lo hace ahora, cuando está en la oposición. A diferencia del actual gobierno, la sangre K impone los temas de la agenda pública con maestría. En buenas épocas y en aún en momentos de dificultades, imponían los temas que consideraban apropiados; lideraban políticamente y definían sobre qué teníamos que hablar.

Sorprendió con su libro, poniéndola nuevamente en el centro de la escena. Fue la estrella en la reunión del comité ejecutivo del Partido con una foto que expresa mucho: Sí, soy la líder.

Hoy, sorprende nuevamente. Por primera vez adelanta el anuncio de la fórmula de su espacio y lo comunica como una renunciación. Será candidata a vicepresidente y el propuesto para presidente hace apenas un año hablaba pestes de ella. Aún así, logró cambiar la agenda.

¿Esta fórmula tendrá como objetivo convencer a todos los dirigentes peronistas, especialmente a los gobernadores, que es la del éxito? Posiblemente. Pero esto también implica que aquello que decían las encuestas, que arrasaba, no parecen reflejar la realidad. ¿Quien da un paso hacía atrás si cree que gana seguro? Muchos gobernadores ya dieron apoyo a la fórmula, el desconcierto reina en Alternativa Federal y el gobierno apeló al “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, algo que pasó hace casi 50 años, demostrando que mira más al pasado que el futuro.

Un dato adicional es saber cuándo se pensó esta estrategia. Ese video debió filmarse hace varios días, antes de la crisis vivida por la llamada mayoría peronista de la Corte Suprema o en forma inmediata a esa crisis. El anuncio fue una sorpresa. Tal vez una jugada inicialmente maestra para fijar una nueva agenda. Habrá que ver si es exitosa en términos comunicacionales y como estrategia política. Pero está claro que, otra vez, Cristina cambió el escenario político y se puso nuevamente en el centro de la escena. ¿El final? Es la gran incógnita.